Instalaciones solares fotovoltaicas

Solar fotovoltaica

En los últimos años estamos viendo cómo crece el número de instalaciones solares fotovoltaicas en nuestro país.

Cada vez es más frecuente ver placas solares instaladas sobre los tejados de viviendas o las cubiertas de naves industriales, así como en otros tipos de edificios como polideportivos, centros comerciales, hoteles, etc.

Según el informe anual de 2022 realizado por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), esta fuente de energía venía contribuyendo en torno a un 3% al mix energético estatal, en 2020 esta cifra se posicionó en un 6,9% y en 2021 aumentó hasta el 8,1%.

Pero ¿a qué se debe este “boom” y por qué se espera que estas cifras continúen aumentando en los próximos años? En este post respondemos a algunas cuestiones clave para entender esta evolución.

 

¿Qué son las instalaciones solares fotovoltaicas?

Las instalaciones solares fotovoltaicas se componen de tecnología, normalmente basada en el silicio, que aprovecha la radiación solar y la transforma en energía eléctrica mediante el efecto fotovoltaico.

El efecto fotovoltaico consiste en la producción de una corriente eléctrica producida por el contacto de dos piezas que no están formadas por el mismo material y que se encuentran expuestas a una radiación electromagnética.

 

¿Qué elementos componen una instalación fotovoltaica?

 Los principales componentes que forman estas instalaciones son:

  • Paneles, módulos o placas: generan la energía eléctrica a partir de la radiación solar que incide sobre ellos, gracias al efecto fotovoltaico.

  • Inversores solares: convierten la corriente continua generada en los paneles a corriente alterna, que es la que emplean los equipos eléctricos que consumen la energía.

  • Estructura soporte: compuesta por los elementos que fijan los paneles al terreno, tejado o cubierta sobre el que se colocan.

Además de estos elementos fundamentales para el funcionamiento de las instalaciones, encontramos otros que permiten mejorar y cuantificar su rendimiento, estos son:

  • Contador bidireccional o meter: mide la energía eléctrica que genera el sistema fotovoltaico, así como la energía eléctrica que se consume en la instalación.

  • Optimizador de potencia: mejora el rendimiento general de la instalación al operar cada módulo en su punto de máxima potencia. Permite reducir las posibles pérdidas que se producen, por ejemplo, por sombras u obstáculos que puedan existir sobre la instalación.

  • Software de monitorización: en este tipo de aplicaciones, el inversor vuelca los datos cada pocos minutos, de modo que el usuario pueda conocer en todo momento el consumo en su propiedad y el estado de su instalación.

  • Equipos de protección: se trata de la aparamenta que protege tanto a los equipos como a los usuarios frente a los riesgos eléctricos. Son los fusibles, que protegen frente a cortocircuitos, el interruptor magnetotérmico, que protege contra sobrecargas y cortocircuitos, el interruptor diferencial, que protege de las posibles derivaciones que puedan producirse, y el varistor, que protege frente a sobretensiones.

Opcionalmente, la instalación solar fotovoltaica puede contar con:

  • Baterías: se emplean en instalaciones de autoconsumo en las que se desea almacenar la producción energética no consumida de forma instantánea para usarla cuando no se está generando energía. Normalmente, las instalaciones que las incorporan son autosuficientes y no requieren estar conectadas a la red eléctrica, sin embargo, esto dependerá del dimensionamiento de las baterías.
Energía renovable

¿Qué ventajas tiene la energía solar?

Podemos hablar de dos tipos de ventajas: medioambientales y económicas.

Ventajas medioambientales:

La solar fotovoltaica es una fuente de energía renovable, por lo que contribuye a la reducción del consumo de combustibles fósiles y, por tanto, de las emisiones de gases de efecto invernadero y el consecuente calentamiento global.

Además, los paneles solares se reciclan, reutilizándose casi la totalidad de los materiales con los que están fabricadas (vidrio, aluminio, silicio, etc.).

Ventajas económicas:

  • Permite reducir o eliminar el importe de las facturas de la luz. Al generar tu propia energía, tu consumo eléctrico de la red convencional se verá reducido y, por tanto, pagarás menos en tu factura eléctrica. Si decides instalar baterías de acumulación y desconectarte de la red eléctrica, directamente dejarás de pagar facturas de luz, ya que no necesitarás tener un contrato con ninguna compañía comercializadora y podrás “desconectarte” de la red. Si, por lo contrario, decides mantenerte conectado, cuanto más adaptes tu consumo energético a las horas de producción de energía solar, más beneficio económico obtendrás.

  • Actualmente, existen diferentes ayudas y subvenciones para incentivar las instalaciones fotovoltaicas. Así pues, la mayoría de los ayuntamientos bonifican el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de aquellas viviendas o establecimientos que dispongan de instalaciones solares. Normalmente, suele realizarse un descuento de entre el 40 y el 60% del IBI durante un periodo medio de 4 años. Además, existen subvenciones, muchas procedentes de fondos europeos, que se destinan a cubrir parte de la inversión requerida. Por último, también puedes beneficiarte de una deducción en el IRPF por instalar paneles solares.
Huerto solar

 ¿Qué tipo de instalaciones solares fotovoltaicas existen?

En función del uso que se les da a las instalaciones solares fotovoltaicas, podemos distinguir los siguientes tipos:

  • Autoconsumo residencial: son las instalaciones que se realizan sobre el tejado o cubierta de las viviendas para autoabastecerse. Pueden ser instalaciones individuales para cada propietario o instalaciones colectivas para un complejo residencial, una urbanización, etc.

  • Autoconsumo para industrias o locales comerciales: son las instalaciones que realizan las empresas para cubrir total o parcialmente la demanda energética de su actividad.

  • Huertos solares: son terrenos en los que se instalan placas fotovoltaicas para producir energía y verterla a la red. En este caso, a diferencia de los dos anteriores, no tienen un carácter de autoconsumo, sino que se trata de una planta de generación eléctrica.

  • Otros usos: se trata de instalaciones para abastecer sistemas distintos de los anteriores. Por ejemplo, los bombeos solares se emplean para suministrar electricidad al sistema de bombeo de agua, normalmente almacenada en balsas, para el riego de cultivos. También se emplean para suministrar electricidad a señales de tráfico luminosas.

En función de la modalidad que se escoja, encontramos:

  • Instalaciones conectadas a la red eléctrica: se trata de instalaciones que no disponen de dispositivos de acumulación de energía (baterías), por lo que cuando no existe producción solar, se consume energía de la red eléctrica. Estas instalaciones requieren de un contrato con una compañía comercializadora. Dependiendo del tipo de contrato que se realice, la instalación podrá ser con compensación o sin compensación de excedentes. El primer caso se da cuando la compañía comercializadora realiza un descuento en la factura de la luz como consecuencia de haber vertido a la red energía producida y no consumida. En el segundo caso, pese a verter la energía extra a la red, el titular de la instalación no se beneficia de ningún tipo de descuento en sus facturas.

  • Instalaciones aisladas: se trata de aquellas instalaciones en las que se dispone de baterías de acumulación de energía para poder consumirla cuando no se está produciendo energía solar. Estas no requieren estar conectadas a la red eléctrica convencional, ya que son autosuficientes.


¿En cuánto tiempo se amortizan las instalaciones solares fotovoltaicas?

Evidentemente, esto es algo que se debe analizar para cada instalación particular, pero, como regla general, se pueden indicar los siguientes plazos de amortización:

  • Instalación de autoconsumo residencial conectada a la red: entre 5 y 7 años.

  • Instalación de autoconsumo residencial aislada: entre 3 y 4 años.

  • Instalación de autoconsumo industrial conectada a la red: entre 2 y 4 años.

  • Instalación de autoconsumo industrial aislada: entre 1 y 3 años.

 

Desde Spirit Ingeniería, ofrecemos instalaciones solares fotovoltaicas llave en mano. Contacta con nosotros para obtener más información. 

One Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.