El término certificación proviene del latín. Su significado expresa una declaración de conformidad, que puede obtenerse mediante una auditoría o cualquier otro tipo de examen.

A través de un acto de certificación, puede otorgarse validez legal, mercantil o jurídica a un hecho económico o un bien en particular.

El proceso de certificación

Para conseguir una certificación, primeramente se lleva a cabo una auditoría que finaliza con una evaluación respecto a la misma. Los auditores comprobarán el correcto cumplimiento de la normativa o reglas específicas.

Finalizada la auditoría y contando con un informe positivo, se reconoce la certificación y el período de validez de esta.

Tipos de certificaciones

Existe una gran variedad de certificadas en el mundo empresarial. Las hay que auditan procesos, proveedores o equipos, aunque las más conocidas son las de sistemas de gestión, que son conocidas como normas ISO.

Estas normas se han convertido en un estándar internacional, aplicado por la mayoría de empresas del mundo, gracias a su sencilla estructura, la aplicación de la auditoría la integración entre certificaciones.

Las más conocidas y utilizadas son la ISO 9001 de gestión de la calidad, la ISO 14001 de gestión medioambiental, la ISO 45001 de seguridad y salud del trabajo y la ISO 26000 de gestión de la sustentabilidad.

Cualquier empresa puede obtener estas certificaciones, siempre y cuando llevado a cabo la implementación de la gestión acreditada por cada norma.

La certificación supone para las empresas un avance en el funcionamiento habitual de esta, que puede incluso traer consigo un ahorro económico y mejor eficiencia del proceso laboral.

Pero también ayuda a encontrar mejores socios y poder participar en concursos públicos.